Lamentaciones 3
Digo, pues: “Se me acabaron las fuerzas, Y mi esperanza que venía del Señor.” Acuérdate de mi aflicción y de mi vagar, Del ajenjo y de la amargura. Ciertamente mi alma lo recuerda Y se abate mi alma dentro de mí. Esto traigo a mi corazón, Por esto tengo esperanza: Que las misericordias del Señor jamás terminan, Pues nunca fallan Sus bondades; Son nuevas cada mañana; ¡Grande es Tu fidelidad! “El Señor es mi porción,” dice mi alma, “por tanto en El espero.” (La 3:18–24)